“The real damage is done by those millions who want to “survive”. The honest men who just want to be left in peace. Those who don’t want their little lives disturbed by anything bigger than themselves” Sophie Scholl
Imagina que vas a un famoso restaurante irlandés y el mozo pone frente a ti un suculento trozo de carne, mientras te dice: “Este fino trozo de carne nacional es reconocido en el mundo entero como uno de los mejores”. Luce apetitoso a tus ojos, puedes verlo, esta frente a ti. Pero, ¿Puedes ver las manos morenas que han cortado esa carne en el sótano frio de una fabrica durante la madrugada?
Puedes ver todo eso y más, pero, tal vez, no quieres verlo.
La semana recién pasada la policía y servicios sociales llevaron adelante una redada en un pequeño poblado de Irlanda. Tras sitiar una empresa de producción de carne la policía (llamada Garda en Irlanda) registro la documentación de los trabajadores, la mayoría proveniente de países no europeos y sin sorpresa, descubrieron que muchos no contaban con documentación o tenían papeles de identificación falsificados. La policía ha enfatizado que se trata de una acción dirigida contra redes internacionales de trafico de personas y que nos buscan criminalizar a los involucrados.
Sin embargo, dos días después el popular periódico Irish Independent titulaba un articulo relatando el hecho: “Garda target South American gang after raid finds significant number of illegal immigrants working in Meath factory”. Otro periodico, Irish Mirror titulaba: “Illegal workers interviewed and documentation seized after multi agency search operation in Meath”, la popular radio LMFM decía: “Ilegal immigrant workers found in Meath as part of Human Trafficking investigation”.
Como podemos ver, el efecto que la redada produjo en los medios esta llevando a la estigmatización de la población inmigrante involucrada, acrecentamiento de la sensación de inseguridad en las comunidades donde ellos viven y el empeoramiento de sus condiciones de vida, todas cosas que son fáciles de producir a través de los medios pero que no son fáciles de remediar por parte de las comunidades involucradas.
Sin embargo, estos periódicos no hacen ninguna referencia a la riqueza que estos inmigrantes están produciendo para los dueños de la fabrica, para la región en que pagan taxes, las familias que reciben el pago de los alquileres y para la economía local donde estos trabajadores gastan su sueldo.
Olvidan los medios decir que estas personas mas allá de contar con documentos falsos, estaban trabajando para mejorar sus condiciones de vida y la del país en que viven. Repito: estas personas estaban trabajando y no en una esquina tramando crímenes. Estaban trabajando en turnos extenuantes ganando el sueldo mínimo que no les alcanza para vivir, pagando alquileres carísimos y pagando taxes. Tal y como lo están haciendo miles de indocumentados irlandeses en este mismo momento en Estados Unidos, nueva Zelandia, Australia o Inglaterra. Pero no tenemos que ir tan lejos.
¿No son trabajadores los que este país necesita para hacer baratos los hoteles de vacaciones, para tener comida barata en los hoteles, para sanitizar los aviones que se van de vacaciones, para rellenar las gavetas de los supermercados? ¿Por qué entonces criminalizar a los migrantes sin decir todos los beneficios que ellos han producido y que tú disfrutas sin siquiera darte cuenta?
A ti, que estás leyendo este texto, te pido solo una cosa, que cuando tengas ese hermoso trozo de carne en tu boca y disfrutes de el, ten claro que esa maravilla fue producida por un ser humano que gana el salario mínimo, una persona preocupada, como tú, por su familia y por su bienestar. Alguien que trabaja mientras tú duermes, alguien que no sabe inglés, alguien que tiene cicatrices en sus manos, alguien que probablemente nunca comerá la carne que produce ni que tampoco irá a ese restaurante en el que tú, por ahora, estás sentado disfrutando despreocupadamente.
Bon appétit.
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