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Hotel Europa

Ángel Marroquín

Bienvenidos al Hotel Europa. Situado en medio de los más bellos parajes del primer mundo, rodeado de incomparables obras de arte y cultura, estamos felices de ofrecerle lo mejor de lo que su fantasía se atreva a imaginar. Pero hoy será distinto. Hoy le invitaremos a vivir algo inusual, excitante, atrevido. Hoy visitaremos el hotel por la puerta trasera.

La puerta trasera del Hotel se ubica en el extremo más alejado del estacionamiento, en la zona aledaña a las casas que lo rodean y que es donde vive la mayoría de los trabajadores del Hotel. Ellos viven en cuartos que rentan para dormir entre los extenuantes turnos, que cambian constantemente de acuerdo a las necesidades del Hotel.

Luego de pulsar un número en el portero automático, la puerta de metal se abre. Estamos adentro.

Un largo y frío corredor se extiende hasta la sección del reloj automático y el detector de temperatura Covid.

Si seguimos a la derecha encontraremos a Remo de Rumania. El es el encargado de recibir los cientos de pedidos de comida, sabanas limpias, detergente, carne, verduras para hacer funcionar el hotel cada día. Al fondo del pasillo pueden ver a Joanna de Latvia subiendo y bajando a través de los ascensores de servicio cargando un pesado trolley con las sabanas. Ella es la encargada de asear las habitaciones y cambiar las sabanas de cada habitación. En el piso superior a la derecha pueden ver a Nando de las Islas Maldivas. El es ayudante de cocina y con una sonrisa en su rostro pica vegetales, fríe y hornea la comida que sale directamente a las mesas.  Y, por fin ya nos encontramos en el restaurante, esta sección se encuentra compuesta por personas agradables, blancas y nativas porque ellos son quienes tratan directamente con nuestros clientes. Ellos son la cara visible del Hotel, nos gusta decir.

¿Les ha gustado el viaje? Ahora a relajarse, divertirse y hasta pronto.

Europa se asemeja a un gran Hotel de lujo. En la superficie estamos rodeados de magnificencia, glamor, derroche y entretención. Nada falta y el ocio puede florecer en medio de la abundancia. Este es el lugar en que los liberales se duelen de la situación de los países pobres y, a veces, hacen donaciones para que alguna ONG provea agua potable en zonas rurales de África o Latinoamérica.

Abajo, gente proveniente del tercer mundo se abalanza sobre trabajos duros, mal pagados y con los que con gran dificultad lograr  solamente subsistir. Ellos nunca tendrán educación para ellos, nunca serán propietarios de una vivienda, nunca irán a la Universidad y probablemente nunca terminarán de aprender inglés tampoco. Ellos, los pobres del mundo, son quienes mantienen funcionando este viejo Hotel Europa sin ser visibles. O más bien siendo ocultados por las autoridades del Hotel quienes los temen pero necesitan imperiosamente para mantener el Hotel funcionando. Porque la separación entre la superficie lujosa y temperada y los pasillos fríos del subterráneo se hace cada vez más hermética.

¿Cuántos de nosotros vemos las manos heridas de los trabajadores explotados de Guatemala, Colombia, Etiopía o Costa de Marfil cuando bebemos una taza de café mientras pensamos en nuestros asuntos?

(c) Photography by Sebastián Silva. https://la-periferia-interior.tumblr.com/


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