Ángel Marroquín
Era su último año de secundaria y lo dedicó a trabajar en una oficina del centro. Una tarde de verano trabajó entusiasmado pasada la hora de salida. Tenía hambre. Se subió a su bicicleta y se detuvo en su tienda favorita de comida rápida. Pidió un sándwich y notó que tenía puntos y que eso le permitía tener su sándwich gratis. Se alegró.
Camino a casa vio a un vagabundo tendido en el piso cubriéndose con trapos sucios. Se detuvo a mirarlo por un momento y se fue pensando en él.
Al día siguiente decidió crear una aplicación web que permitiera donar puntos y cambiarlos por una cena gratis para personas que viven en las calles. Se alegró.
Al año siguiente ganó el premio al emprendedor del año.
El viejo aún vive en la calle.
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