Durante esta última cuarentena he tenido la idea de ver nuevamente películas antiguas como si no las hubiera visto nunca. La idea es intentar ver con nuevos ojos cosas antiguas y ver qué sale de todo ello. Experimentos con uno mismo dijo alguien por ahí.
Una de las películas que vi de nuevo fue Armageddon. La película fue filmada en 1998 y la trama es conocida: un inmenso meteorito fuera de control amenaza con colisionar con el planeta tierra dentro de 18 días y causar la extinción de la raza humana. La NASA y la comunidad científica internacional planean cavar un agujero profundo en el meteorito y hacerlo estallar antes que alcance la tierra. El resto de la historia es más o menos así: La NASA contrata a Harry Stamper (Bruce Willis), un famoso cavador de pozos petroleros y este sub contrata a su vez a un equipo de heterodoxos personajes. Al final el equipo logra cavar el pozo en el espacio y detonar el explosivo y salvar la tierra.
Esta vez la película me dijo que el cambio climático y el COVID pueden ser nuevas formas que adopta este meteorito en vía de colisión con la tierra. Imaginé a los científicos y farmacéuticas intentando elaborar una vacuna para el COVID contra reloj, fallando y volviendo a intentar modelos computacionales que llevaran a crear una vacuna segura. Me imaginé igualmente a los científicos y comunidades movilizadas políticamente alrededor del mundo para detener la extracción de combustible fósil y así disminuir la emisión de CO2 para ralentizar el calentamiento global.
En ambos casos el desafío parece colosal y fuera del alcance de los humanos. En ambos casos la consecuencia de la inacción, es la amenaza real a la existencia humana. En ambos casos son los expertos y científicos los que deben decidir por todos nosotros los humanos. En otras palabras nuestra salvación parece estar irremediablemente en manos de los científicos y expertos.
Esto último me llevó a pensar en otra posibilidad de lectura de la película: ¿y si el meteorito que nos amenaza no está en el espacio exterior sino en nuestro interior? No es acaso nuestro estilo de vida inconsciente, las múltiples decisiones que tomamos a diario y sin pensar, las que están a la base del cambio climático y el COVID? En ese caso no deberíamos estar pensando en ir profundo hacia nosotros mismos, cavar en nuestro ser, nuestra personalidad, nuestras seguridades adquiridas, nuestros privilegios y prejuicios, nuestro estilo de vida y poner una bomba allí para hacer estallar todo aquello que está a la base de nuestra ceguera?
En la última escena de la película y cuando todo había fallado irremediablemente, Stamper tras hablar con su hija, presiona el botón que hace estallar el meteorito y muere como consecuencia de la explosión que acaba con la amenaza planetaria y que da inicio, quien sabe, a otra vida, distinta.
Leave a Reply